-Eres muy buena. El porvenir ha de ser mi rehabilitación. Tengo mi plan, mi decisión, y si soy capaz de llevarlo a cabo quedará demostrado que sé gobernar mis sentimientos y mi temperamento. En lo sucesivo no serán tormento de los demás ni propia tortura mía. Viviré exclusivamente para los míos. Tú, mi madre y Margaret serán en lo sucesivo todo mi mundo, todos mis afectos estarán concentratos en vosotras. De vosotras, de mi hogar, nunca querré apartarme; y si frecuento otras gentes será simplemente para demostrar que tengo el espíritu humilde, el corazón renovado y que soy capaz de cumplir las exigencias de los más simples servicios de la vida con amabilidad y buen ánimo. Por lo que atañe a Willoughby, es ocioso decir que le olvidaré enseguida o que le olvidaré en lo futuro. Su recuerdo no puede ser vencido por los cambios de circunstancias o de opiniones. Pero ha de ser algo regulado, equilibrado, por la religión, por la razón, por mi constante actividad.
Sentido y sensibilidad, Jane Austen, Capítulo XLVI
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