-Imaginarse como elemento necesario del orden del universo equivale, para nosotros, gentes de buenas lecturas, a la superstición para los analfabetos. No se cambia el mundo con las ideas. Las personas con pocas ideas están menos afectadas por el error, hacen lo que hacen todos y no molestan a nadie, y sobresalen, se enriquecen, alcanzan buenas posiciones: diputados, condecorados, hombres de letras de renombre, académicos, periodistas. ¿Puede uno ser necio cuando cuida tan bien sus intereses? El necio soy yo, que he querido batirme contra los molinos de viento.
El cementerio de Praga, capítulo 11
El cementerio de Praga, capítulo 11
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