miércoles, 26 de febrero de 2014

Darksiders 2 (PS3) -Análisis-

Darksiders fue una de las grandes revelaciones de la presente generación. Su acertada mezcla de géneros y su estética tan peculiar hicieron de él una de las franquicias revelación de los últimos años. Todos los que disfrutamos de las grandes aventuras de Link lo pasamos muy bien con esa primera entrega y no es de extrañar que miles y miles de fans esperásemos como agua de mayo la salida de la segunda parte. Ahora, casi dos años después de salir a la venta y con su compañía ya quebrada, es hora de hacer el análisis.


Darksiders 2 nos sitúa justo después de finalizar la primera parte con Muerte tratando de limpiar el honor de su hermano Guerra. La primera media hora de juego que transcurre a modo de tutorial nos muestra ya las primeras diferencias. Para empezar Muerte es mucho más ágil, tiene muchísimos movimientos más para escalar y moverse por las paredes así como en el combate. El combate tiene más variantes gracias sobre todo a la variedad de armas y, sobre todo, aparece un sistema de dropeo de objetos muy parecido a Diablo. En resumen, lo mismo de antes pero más ágil, más variado y con más objetos.


A nivel gráfico sigue siendo excelente, más por el apartado estético que por los gráficos en sí. El universo creado por el juego es mucho más rico y variado y salvo alguna fase como la de la Tierra, el resultado es bastante bueno. Ojo, hablo solo del apartado estético, que no gráfico, ya que a nivel gráfico no tiene nada realmente espectacular, ni partículas ni luces ni nada que no se salga de lo básico hoy día. A nivel sonoro acompaña bien, con melodías agradables y bien ajustadas, aunque nada memorable, como viene siendo tan típico. En líneas generales es bonito aunque no destaca por nada en especial.


El principal cambio en la franquicia es el sistema de dropeo. Los que hayáis jugado a Diablo sabréis a lo que me refiero. Ahora cada enemigo suelta algo de oro u objetos para equipar y mejorar las estadísticas. La idea es buena, pero THQ no es Blizzard y eso se nota. Para empezar no existe el elemento coleccionista. En Diablo hay listados, hay objetos que conoces y que deseas, y aquí son todos iguales pero con mejores atributos. Hay armas especiales que consigues en quests (y con habilidades que nadie se molesta en decirte qué hacen) pero que no se parecen ni de lejos a los legendarios de Diablo. Aquí juegas por la historia, no por el coleccionismo, y este sistema de dropeo acaba siendo pernicioso. Me refiero claramente a que tener tantas armas no solo no aumenta la variedad y el deseo de coleccionismo, sino que se convierte en una molestia tener que estar vaciando el inventario continuamente, por no hablar de que ahora un cofre no te dice nada. Antes te matabas por llegar a ese cofre escondido que veías en el mapa pero no habías encontrado; ahora lo dejas porque sabes que va a ser otro arma random que seguramente ni te equipes. Es una mala elección de diseño y creo que deberían haberlo limitado mucho más, hacerlas especiales mediante la escasez, no mediante los atributos. Y creo que a poca gente le ha gustado.


El punto principal del juego, sin embargo, son las mazmorras. Cualquiera que haya jugado a Zelda sabrá lo que digo. Este es otro punto que ha caído. Lo que en la primera parte eran grandes mazmorras con áreas diferenciadas que debías explorar para abrir las puertas con esfuerzo, ahora se ha convertido en una treintena de mini mazmorras prácticamente clónicas y sin ninguna dificultad. Cada mazmorra consiste en un hal principal al que accedes nada mas entrar, con 3 puertas, dos de las cuales están cerradas. LLendo por el único camino posible superas un par de luchas del tipo “se bloquean las puertas hasta que acabes con esto” y al final está la llave que desbloquea la siguiente puerta. Hay excepciones, por supuesto, sobre todo en el apartado estético de algunas mazmorras que denotan muchísimo más cuidado, pero en general la tónica es siempre la misma, y acaba aburriendo. El tedio se apodera del jugador porque no hay reto en la mazmorra sino en la lucha, lo cual pues bueno, podría estar bien de no ser porque depende tanto del equipo que si no las haces en el orden en que están diseñadas, entonces directamente o son imposibles o puedes hacerlas sin mirar. No hay que pensar, no hay alternativas, no hay nada de nada. Una verdadera lástima.
 
 


Por otro lado, un punto a favor del juego consiste en la inclusión de infinidad de objetos a encontrar. 40 páginas del libro de los muertos, más de 60 piedras mágicas, piezas de un titán, monedas del barquero, runas antiguas, etc etc etc. Si quieres lograr todo y sacarte el trofeo de las misiones secundarias, vas a tener que dar bastantes vueltas, lo cual alarga la vida del juego y está bastante bien.


Y entre todo este trajín, ¿qué decimos de la historia? Pues que es secundaria y por eso la meto aquí abajo. Si la primera intentaba proponer algo, aquí todo se olvida en una sucesión de busca tres llaves para abrir la puerta que te lleva al tío que te pide tres objetos para enviarte al mundo en donde con tres historias más logras acceder al punto en que con tres no se qués, etc etc etc. Un auténtico coñazo insufrible de no ser por la variedad de cosas que ves en los mundos, y que en cualquier momento puedes dedicarte a secundarias o buscar cositas. Una pena porque podrían haber sacado mucho, pero en fín.


Por último quiero destacar el final. Es una opinión personal pero me da la sensación de que se han ido desinflando a medida que avanzaba el desarrollo. Los primeros calabozos están diferenciados, tienen diseños únicos, cosas especiales, pero los últimos pecan de repetitivos. Quitando el mundo celestial e infernal, que están bastante bien, el resto no dejan de ser corta pega, con descaro para las quests secundarias. Las mecánicas de los bosses también van decayendo hasta llegar a la cúspide del enemigo final del juego, una auténtica pantomima que no puedes entender cómo ha acabado el juego con algo tan simple. Y acaba tan mal que, sinceramente, ni lo recuerdo, alucinado como estaba de ver que ya se había acabado de aquella manera. Me pareció un insulto haberle echado más de 40 horas recogiendo cosas, equipando, mejorando y, en fin, preparándome, para eso. Una mierda, vamos. Existe un second-run, guardando todo tu equipo, pero sinceramente, no me apetece nada. Enemigos con atributos x4 y objetos incrementados en proporción no es suficiente para mí. Eso es un engañabobos en el que no pienso entrar.


Para terminar ya, aunque me he explayado a gusto, no quiero dejar tan mal sabor de boca. Reconozco que he disfrutado, a pesar de los problemas de control, de la historia o de la dificultad. Le he echado muchas horas y en términos generales me ha gustado, que es lo importante, solo lamento que no haya llegado a esa excelencia que le habría supuesto el éxito capaz incluso de impedir la quiebra de la compañía. No fue así, hicieron un buen juego, pero cometieron errores y murieron casi casi en la orilla. Una lástima, pero al menos ahí tenemos el juego. Probadlo, no está mal.


Puntuación: 5.5


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