jueves, 4 de julio de 2013

Nunca está de más recordar cosicas de vez en cuando

Se detuvo a la mitad de aquel majestuoso cementerio de la civilización, y se sintió como un arqueólogo al desenterrar una ciudad antigua, cuya grandeza y hermosura aún inspirasen admiración y respeto siglos más tarde. Artyom trató de imaginar cómo antaño, en aquellas ciclópeas edificaciones, habían vivido los hombres. Y que se habían desplazado en vehículos como aquéllos. Seguro que éstos habían brillado con todos los colores posibles, y que habían circulado con un suave murmullo por la lisa calzada, hasta el punto de que sus neumáticos de goma habían calentado el duro asfalto. En aquella época se empleaba el Metro tan sólo para ir más rápido de un extremo a otro de aquella interminable ciudad. No logró figurárselo. ¿En qué podían haber pensado durante su vida cotidiana? ¿Cuáles habrían sido sus preocupaciones? y, ¿qué preocupaciones podía tener un hombre que no tenía que temer constantemente por su vida, que no tenía que luchar por ésta en todo momento para alargarla un día más.
 
Metro 2033 , Glukhovski

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