jueves, 31 de octubre de 2013

Suele pasar...

En aquella ocasión las cosas vinieron rodadas del modo más feliz para D. Santiago, pues Catalá quiso jugar una mala partida a su compañero, quitándole su hembra; hizo a ésta la corte ganoso de alcanzar una victoria; aprovechó el otro la ocasión con seguro instinto, haciendo una retirada hábil, y Catalá se encontró dueño del campo creyendo deber tan fácil triunfo a sus propios méritos. Gozoso de su liberación, hizo Ibero el papel de sentirse herido en su amor propio; mas este fingimiento no fue de larga dura, pues no tardó el valenciano en comprender que había sido estratégica la sustitución. Por su desgracia fue cogido muy estrechamente en la red y ya no tenía escape: el arte sentimental de Rafaelita hizo su efecto, y el comandante se prendó de ella con pasión tan viva y ardiente, que allí fenecieron sus vanaglorias de conquistador y empezaron sus martirios de conquistado.


Montes de Oca, capítulo XIII, Benito Pérez Galdós

miércoles, 30 de octubre de 2013

Warhammer Quest (Ipad) -Análisis-

Gracias a los nuevos dispositivos, como smartphones y tabletas, estamos viendo últimamente el establecimiento de un nuevo género de juegos que está a medio camino entre los juegos típicos para las plataformas clásicas y los minijuegos de puzzles o pasatiempos más o menos adictivos para móviles. Este nuevo género presenta juegos de duración e incluso gráficos a la altura de los hermanos mayores, pero con mecánicas más humildes y con menos complejidad. Son juegos perfectos para jugar mientras se ve la tele o se hace otra cosa, en partidas breves, pero sin la sensación de estar haciendo un crucigrama simplón. Dentro de este género se encuadra este juego: Warhammer Quest.
 

Warhammer Quest ofrece la experiencia más cercana al Hero Quest que puedes encontrar en plataformas digitales hasta el momento, un verdadero juego de mesa exactamente igual al que experimentamos hace ya demasiados años. La acción te presenta 4 héroes, con los atributos clásicos, que pueden moverse entre localizaciones en un mapa general, entre las cuales van apareciendo misiones generales o aleatorias con las que conseguir oro, objetos y experiencia. Las misiones presentan una sucesión de salas y pasillos cuadriculados, donde van apareciendo enemigos, ya sea aleatoriamente o al entrar en una habitación. La acción se desarrolla por turnos, con vista cenital, tocando al enemigo que quieres atacar, y el resultado se resuelve con los modificadores y dados, con ese sabor añejo de suerte o mala suerte que era tan característico del juego de mesa. No hay mucho más ni lo necesita.
 
Entre misiones es posible visitar pueblos, donde podremos vender botín, comprar equipo o subir de nivel. Nada nuevo, complejo ni original, ni falta que hace. El atributo de las armas es el daño junto con algún modificador especial de crítico, pero ni hay estadísticas ni te aturullan con datos que no te importan demasiado. La acción es simple, la historia previsible, el desarrollo lineal; y sin embargo engancha, que es lo importante. Warhammer Quest es un juego tan simple como lo era el Hero Quest y te puede llegar a enganchar tanto como aquel con su mecánica simple, intuitiva y entrañable.


Sin embargo no es todo tan bonito. El juego, aunque barato, te obliga a comprar más de la mitad de los héroes disponibles si quieres poder utilizarlos y no se pueden desbloquear de ningún otro modo. Además la experiencia de los héroes así como los objetos disponibles se quedan cortos demasiado pronto aunque existen ampliaciones y un nivel de dificultad en donde tus héroes mueren definitivamente que alargan la vida del título y palian este problema.

Resumiendo Warhammer Quest es un juego humilde que ofrece lo que promete: una jugabilidad sencilla y directa, sin complicaciones. Un juego perfecto para echar unas partidas en esos momentos en que no te apetece ponerte serio o mientras haces otras cosas. Una delicia para los que disfrutamos en su día de Hero Quest a un precio fantástico, con ampliaciones que prometen alargar la vida del producto. Yo llevo casi 20 horas y no me arrepiento para nada. De hecho, de no ser tan simple le daría toda una notaza, pero como las notas son absolutos que sirven para comparar peras con manzanas, es justo rebajar el resultado. Aún con todo, fabuloso. Puntuación: 4.3

jueves, 24 de octubre de 2013

Sentido común ahora y siempre

No les era difícil sostener la casa con el sueldo de Don José y las ganancias no deslucidas de Cavallieri: la experiencia de Milagro y sus dotes de gobierno impusieron desde el primer día el sistema salvador de gastar menos de lo que ingresara, y por nada del mundo se alteraba este método, al que debían la tranquilidad, un comer apropiado a las necesidades, y una vida, en fin, decorosa, aunque humilde. Los chicos no iban rotos a la escuela, ni D. José a la oficina con facha indigna de su posición; para todo había, y aun se juntaba duro a duro el presupuesto de sastrería que había de dotar a Milagro de todas las prendas indispensables a un jefe político.


Montes de Oca, capítulo XI, Benito Pérez Galdós

miércoles, 23 de octubre de 2013

Spec Ops, The Line (PS3) -Análisis-

Grande, esa es la palabra. Un juego humilde, callado y modesto que acaba demostrando muchas más cosas que tantos resabidos e hiper publicitados juegazos mediáticos multimillonarios. Toda una sorpresa para el que puede ser el sleeper del año que entra directamente y por méritos propios en el top. Señores, bienvenidos a Dubai.
 

Llevo años defendiendo que el videojuego es un medio de expresión artística y que como tal depende de un artista inspirado que comprenda los pros y contras de esta herramienta y sea capaz de manejarla hasta producir una obra capaz de transmitir y producir una experiencia estética digna de tal nombre al consumidor. Este medio es muy nuevo y, por lo tanto, queda un largo camino hasta que se establezcan los patrones y cánones que ayudarán a futuros artistas a usarlo de forma eficaz. Hasta entonces, el camino se va labrando de experiencias como esta, un juego capaz de tomar lo verdaderamente importante del videojuego: la interacción.


Spec Ops es un juego que te pone en el papel de un operativo Delta Force encargado de infiltrarse en Dubai, ciudad aislada por tormentas de arena, y contactar con el Coronel John Konrad, que se negó a obedecer la orden de evacuar la ciudad y abandonar a los ciudadanos y del que nadie ha vuelto a saber. La acción se plantea como un shooter en tercera persona con dos compañeros a quienes se pueden dar órdenes simples de eliminar cierto enemigo y poco más: dispara y avanza. Se ofrecen también pequeñas variantes jugables como la posibilidad de usar la arena en algunos lugares para sepultar enemigos, pero en general no hay nada nuevo, más que tres yankis chulos que van para enfrentarse a un regimiento entero sin despeinarse.


Lo que en un principio parece un juego más, sin mayores aspiraciones, poco a poco se va convirtiendo en otra cosa. Por un lado se ve que no todo está tan claro, ya que aparecen bandos y conversaciones que te obligan a estar al tanto de lo que están diciendo para no perder el hilo. Quieres enterarte y debes hacerlo porque el juego te obliga a decidir y necesitas saber qué opción tomar o a quién creer. Independientemente del argumento o de las implicaciones de las decisiones, es justo recordar que es en estos detalles en donde se va notando cómo el videojuego, que te saca del papel de mero espectador para obligarte a actuar, se va destacando como el medio ideal para meterte en la experiencia. Y es que no resulta sencillo el argumento y lo más normal, siendo una simple película, habría sido ir desconectando y esperar a que te lo expliquen en el final. Pero aquí no, aquí eres tú quien crea el final y, por tanto, el peso y la angustia de la responsabilidad cae sobre tus hombros: pasar sin más no es una opción.


Una vez que te ha enganchado, una vez que te has comprometido a descubrir qué cojones está pasando, entonces descubres una historia oscura, intrigante y nada convencional. Aquí es cuando comienza el viaje de acontecimientos, en donde tanto los protagonistas como tú mismo vais cambiando. Cambia el look, pasando de galantes e inmaculados Delta a poco más que desechos humanos, y cambia la perspectiva del juego. Ya no es un simple shooter, es algo más. No quiero entrar en spoilers ni en detalles ya que es algo que hay que experimentar por uno mismo. Pero para que comprendais, hay que decir, eso sí, que las referencias son claras a Apocalipsis now, y sobre todo al libro en que se basó la película, El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad. Cualquiera que lo haya leído sabrá a qué tipo de viaje se enfrenta y qué sensaciones va dejando el camino y el final, y no es una referencia baladí. Si no, releed esto cuando lo terminéis: se empieza por el nombre del Coronel/escritor y se termina...como se termina. Fantástico.


Perdonad que vuelva a reincidir en esto pero me parece importantísimo. El videojuego en spec ops ha cogido una de las obras más importantes de la literatura y la ha adaptado para convertirla en una experiencia envolvente, capaz de usar las ventajas que ofrece la interacción con el usuario y crear un producto diferente y genial. Y es que es precisamente para esto para lo que los amantes de los videojuegos como experiencias, no como competición o coleccionismo o subidas de nivel, jugamos a videojuegos. Este es el camino para llegar algún día a ver el reconocimiento en el resto de sectores de la sociedad hasta el punto de que sea usado para transmitir cierto tipo de mensajes y experiencias artísticas. Este es el futuro que deseamos.


Por lo demás las convenciones me obligan a guardar las formas y comentar los aspectos generales del juego. Gráficamente cumple aunque no destaca especialmente, con escenarios exóticos gracias a la arena y la crudeza de algunas imágenes aunque no tiene nada realmente especial. Lo que sí merece un poco más destacar es la música, recopilación de temas de varios artistas, sobre todo música setentera, con Deep Purple a la cabeza, que le da un toque realmente fresco a la acción. Yo me la bajé y la escucho en el móvil, todo un placer recomendadísimo. La jugabilidad es un Gears of War con mecánicas menos pulidas y ligeros fallos en coberturas aunque nada grave. Mención especial también a la IA de amigos y enemigos. Los unos saben flanquear, cubrirse, apuntar sin meterse en líos y los otros suponen un verdadero reto para el veterano en nivel difícil. Para que os hagáis una idea, a pesar de tener todos los trofeos salvo el de terminarlo en hiper difícil, no he tenido el valor de ponerme a ello.


Para finalizar solo quiero recomendarlo sin tapujos. De hecho considero que ya es demasiado recomendar y ensalzar el juego, ya que esta es una de esas obras que de escontrarla de rebote, se convertiría en un tesoro a recordar con muchísimo cariño. No quiero por tanto caer en el hype, ni endiosar algo que necesita de la sorpresa para calar en la memoria. Solo quiero que le déis una oportunidad, pero de las buenas. No me vale una hora ni dos. Llegad hasta el final y contemplad las consecuencias de vuestras acciones. Solo entonces podréis juzgar con fundamento. Para mí ha sido maravilloso y no se lleva más puntuación porque hay que reconocerle carencias que no desentonan pero sí deslucen un poco. Pero lo importante lo tiene.


Puntuación: 7

lunes, 14 de octubre de 2013

La victoria más dulce

¡Qué cosas trae la vida, Señor! ¡Él, Santiago Ibero, que había peleado sin ambición, movido tan sólo del ardiente amor de la libertad, y del gusto de afianzarla con las armas, apenas terminada la lucha sentía en su alma el gusanillo, la avidez de más altos títulos y empleos para deslumbrar con ellos a una noble familia! Y no era él hombre para despreciar la paz, ni haría cosa alguna que contribuyese a renovar los pasados horrores. Su conciencia antes que todo. Si no le daban la niña de Castro, no podría vivir. La muerte sería la solución, un morir no menos glorioso que el de los campos de batalla, pues lo mismo daba caer a los pies de Cupido que a los pies de Marte, que tan dios era Juan como Pedro.

Montes de Oca, capítulo V, Benito Pérez Galdós