jueves, 26 de septiembre de 2013

Review - Vergara (Benito Pérez Galdós)

Regular. Comienza continuando el estilo epistolar del anterior, que deja bastante temprano para centrarse en las idas y venidas de negociadores de la paz de Vergara. De nuevo una oportunidad perdida para trazar una historia genial, con eventos históricos muy interesantes, pero que se pierde entre dimes y diretes que acaban en el tedio. Resulta interesante el retrato de Espartero y Maroto, sus personalidades y derivas ideológicas según las circunstancias, pero poco más. Una pena, de nuevo. Puntuación: 4.5

martes, 17 de septiembre de 2013

Botanícula (PC) -Análisis-

Los juegos de Amanita design tienen algo especial. Partiendo de la base de una estética diferente, de esas que permiten identificar el juego al primer pantallazo, tratan de ofrecer siempre una aventura gráfica con un pequeño plus, algo extra que las distingue más allá que la mera jugabilidad. Esta vez lo que tenemos entre manos es una aventura gráfica de estilo point & click en un universo lleno de colorido y animalitos. Bienvenidos a Botanícula
 

Si lees otros análisis por ahí verás que hay un término que se repite mucho: experiencia. Y es que botanícula es un juego que juega sobre todo con una imaginación apabullante, reflejada en todas y cada una de las criaturas que componen este universo de insectos y plantas. Cada pantalla, cada mundo, cada criatura con la que interactuamos, es algo diferente, fresco, hermoso, e impredecible. Nuestra misión consistirá en recorrer todo este despliegue de fantasía intentando salvar el universo de unas malvadas arañas que están consumiendo hasta la muerte el árbol donde vivimos. Una tarea realmente trivial, una excusa para que pasemos unas cuatro horas descubriendo bichitos, que es lo realmente interesante. No os engañéis, no es una aventura gráfica al uso, donde debas resolver puzzles. Aquí hay pequeños puzzles, es cierto, pero no están para ofrecer reto sino para permitirte investigar y dar alguna vuelta más por el mundo. Esto, acompañado de la música, deliciosa, las animaciones, y los ruidillos que hacen al pasar el puntero por encima, es lo que completa la experiencia botanícula.


En definitiva esto es un juego modesto, que recuerda mucho esos libros de ilustraciones que nos enseñan mundos imaginarios, en donde no debes hacer mucho más que contemplarlos. La jugabilidad es limitada, no hay demasiada dificultad, y el juego consiste básicamente en ir pulsando a base de ensayo y error sobre cada elemento de la pantalla, a ver cómo reacciona. Ni más ni menos. No esperéis reto, no esperéis puzzles. Es lo que hay, y no intenta engañarnos. Trata de ofrecer cierta rejugailidad con los coleccionables de los insectos que vamos descubriendo pero, una vez pasado una vez, pocas ganas quedan de volver a repetir todo de nuevo.


Poco más hay que decir de este juego. Breve, imaginativo y fresco. Sin aspiraciones, que no será recordado pero que deja un sabor de boca positivo (sobre todo si lo has comprado en alguna oferta de steam). Un juego humilde imprescindible para los que quieran algo fresco y liviano, así como para los seguidores de Amanita Design. No es mal, juego, repito, pero tampoco es gran cosa, con lo que no puede competir en nota con el resto.


Puntuación: 3.5

lunes, 16 de septiembre de 2013

Ese no se qué que nos define

Las tropas guiadas por La Torre como las conducidas por Iturbe, se vieron envueltas en la inmensa atmósfera de fraternidad que ya se había formado. Los corazones respondieron con unánime sentimiento. No podía ser de otro modo. La idea de unidad, de nacional grandeza, de moral parentesco entre todas las razas de la Península, ganó súbitamente los entendimientos de castellanos y éuskaros, y ya no hubo allí más que abrazos, lágrimas de emoción, gritos de alegría, aclamaciones a Espartero, a la Constitución, a Isabel II, a Maroto, a la Religión y a la Libertad juntamente, que también estas dos matronas se dieron de pechugones en aquel solemne día.


Vergara, capítulo XXXVII, Benito Pérez Galdós

jueves, 12 de septiembre de 2013

Review - La Estafeta Romántica (Benito Pérez Galdós)

Malo: en formato epistolar se trata de dar un ritmo diferente y algo de frescura a la narrativa general de la serie pero a mi juicio falla estrepitosamente, resultando un uno de los capítulos más aburridos de todos los Episodios Nacionales. Absolutamente infumable a pesar de plantear a priori cuestiones interesantes como la identidad de la madre. Toda la puntuación proviene del lenguaje usado, magnífico como siempre. Puntuación: 3.5

martes, 10 de septiembre de 2013

La historia interminable

Siempre lo dije: cuanto más rico es un hombre, mejor razona y sentencia. El sofisma, la falsa dialéctica, la palabrería ociosa, insubstancial, ¿qué son más que el natural producto de la pobreza? Cuando veas que se pierde en el mundo la razón, no la busques en la guarida polvorienta del filósofo: búscala en la tienda del guerrero, dominador de pueblos, o en el palacio del allegador de caudales.


La estafeta romántica, capítulo XXXV, Benito Pérez Galdós

lunes, 9 de septiembre de 2013

Review - La campaña del maestrazgo (Benito Pérez Galdós)

Bien. Sin ser de los mejores de la serie consigue engancharte lo suficiente para contarte una historia de amor y esclavitud en el entorno de la campaña del Maestrazgo. Bien llevada, bien situada y, aunque no es extraordinariamente interesante, sí que tiene algo que te hace seguir leyendo a ver qué pasa. Lo dicho, uno más en la serie, pero este ha estado bien.

Puntuación: 5

viernes, 6 de septiembre de 2013

Los últimos serán los primeros

¡Ay, qué vergüenza! Pero, en fin... no puedo retirar lo escrito. No te descuides... Vosotros los sabios no servís para estas cosas. Por eso un tonto cualquiera os quita las novias. Y punto final. ¡Hadiós! con hache y todo para que no digas. Que lo pases muy mal; que te mueras muy pronto, y que te vayas a los infiernos, desea tu enemiga, que te aborrece de corazón, -Gracia.

La estafeta romántica, capítulo XVIII, Benito Pérez Galdós

jueves, 5 de septiembre de 2013

Deadlight (PC) -Análisis-

Si hay una cosa por la que deben destacar los juegos indies ha de ser por la frescura, por la innovación en la oferta, ya que a nadie se le escapa que no se puede competir contra estudios que pueden contratar lo mejor de lo mejor en cada uno de los aspectos técnicos del juego. Lo que deben hacer es aprovechar esa reticencia de los productores a invertir en cosas diferentes que hace que todos sus triples A sean clónicos maravillosos y perfectos, pero que acaban aburriendo por mera repetición. Uno de esos juegos que prometen algo diferente es Deadlight. Vamos a ver qué tal ha salido.
 

Deadlight es un juego que se desarrolla tras el enésimo apocalipsis zombie. El protagonista, acompañado de varios supervivientes más, se ve separado del grupo y debe continuar la búsqueda de su familia en solitario atravesando una ciudad devastada por la situación. La palabra clave aquí es atravesar ya que la principal innovación que nos presenta este título es una jugabilidad 2D, avanzando hacia la derecha como toda la vida de Dios, pero con unos escenarios muy cuidados en donde iremos avanzando atravesando edificios, carreteras y diversas localizaciones que no pienso espoilearos. Lo interesante de esto, de nuevo, es ver cómo parece que se ha cogido una ciudad y, mientras en otros títulos irías por el camino marcado, la carretera, la calle, etc, aquí se está atravesando continuamente estos elementos. Hazle un tajo a una ciudad de un punto a otro y por esa línea recta es por donde vas a ir, sin rodeos, y le queda bastante bien. Eso sí, no busquéis caminos alternativos o elecciones, no hay nada de eso.


Dentro de este escenario se desarrolla una mecánica de puzzles sencillos, con partes de plataformas o habilidad y momentos muy puntuales de agobio por la cercanía de zombies. Existen además numerosos ítems como páginas del diario, máquinas recreativas u objetos secretos a encontrar; todo esto dentro de una historia que trata de mostrarte, mediante el diario y diversos flashbacks, qué ha pasado con el mundo y con la familia del protagonista. El apartado gráfico no aporta nada especial, igual que el musical. Es cierto que hay algunos momentos en donde lo que ves resulta realmente hermoso, pero tampoco es algo realmente memorable. La jugabilidad es demasiado estricta, con animaciones que no se concatenan bien a veces y que hacen que mueras porque no te ha respondido bien y esto es un pecado capital en los juegos. Y estos son todos los elementos del juego. Poco más hay que decir sobre lo que hay.


Con todo esto dicho anteriormente se podría decir que tenemos elementos suficientes para un buen juego, pero desgraciadamente hay demasiados lastres. Por un lado la innovación inicial, la que se vende y te entra por los ojos se difumina en poco tiempo por dos razones: primero esa transversalidad no dura demasiado, de hecho se consigue en partes del primer y tercer actos, pero está completamente ausente en el segundo; por otro, nos trata de contar el enésimo apocalipsis zombie del cual estamos (yo al menos) más que hartos. Es una historia con zombies, militares, zonas de seguridad, mensajes de radio, chicos solitarios por los tejados y nada más. El título intenta sorprendernos con los flashbacks, con la historia oculta del protagonista, pero la verdad que a las dos horas, si no la sospechas es que no estás prestando atención, lo cual tampoco es muy raro ya que no hay mucho más que hacer más que superar los obstáculos para terminar el juego cuanto antes. No apetece ni leer el diario ni rescatar a tu familia, como mucho encontrar los secretillos y poco más.


Deadlight en su conjunto es una experiencia decepcionante. Es barato, dura unas 6 horas consiguiendo todo y se podría decir que es un producto que alcanza los mínimos de un indie pero no es así. No engancha, no te anima a continuar en el nivel nuevo de dificultad o a leer el diario, e incluso una vez superada la impresión inicial de la transversalidad, aburre, y mucho. No os engaño si os digo que lo he terminado para poder desinstalarlo y lo he hecho en cuanto tuve ocasión, y que ha estado meses a medio jugar. Hay que reconocer que una vez me puse en serio con él para acabarlo la experiencia tampoco estuvo tan tan mal, pero en su conjunto no es un gran juego. Por eso, para que os hagáis una idea, no me arrepiento de comprarlo jugarlo, sino de haberlo recomendado. Este es un producto que no aporta nada y que, sinceramente, no recomiendo a nadie. Con un poco de suerte servirá como aprendizaje para estos chicos y logrará que saquen cosas mucho mejores. Entonces sí que venderán más títulos de Deadlight. Yo sinceramente espero que sea así. Hasta entonces, la nota no puede ser mayor.

Puntuación: 3

miércoles, 4 de septiembre de 2013

El instinto de disolución

Desde aquel tremendo día me ha repugnado hablar de mi caída sin dignidad, de mi tragedia sorda, desairada, enteramente circunscrita a la escena del alma, sin ruido, sin armas, sin gloria. Ni el placer muscular de la lucha, ni el goce amarguísimo de manifestar con violencia la ira, ni el desahogo de la venganza; nada, mi querido Hillo. Ha sido una originalidad artística que jamás pude soñar: la terminación de un drama por el vacío, introduciendo la humana pasión en la máquina neumática y asfixiándola inicua y estúpidamente.


La estafeta romántica, capítulo VI, Benito Pérez Galdós

martes, 3 de septiembre de 2013

Review - The Last Wish (Andrej Sapkowski)

Bad: so much said about this, so much heard about a twist in the fantasy, with politics and philosophy in a world with magic and science, and they are all lies. This is a standard fantasy book, no more, no less. Sometimes interesting, sometimes incredibly boring. A collection of stories linked together by a common storyline is, by no means, enough to be used as the brand new fantasy writer. Other books might be better, but this one is not worth the reading. Not recommended. Score: 4

lunes, 2 de septiembre de 2013

La derrota

Pues aquí está gustando las delicias de una hospitalidad amorosa. Hoy no tiene tu discípulo más goce que renunciar a todos los que de su propia iniciativa pudiera esperar, ni más orgullo que la humildad, ni más albedrío que el no tenerlo, ni más independencia que la absoluta sumisión al gusto y ordenanzas de los que quieren, y por lo visto deben mandar en él. Cuando un hombre se equivoca en el grado de mis equivocaciones; cuando las propias iniciativas salen de tal modo frustradas, justo es que imponga a su torpe voluntad esta penitencia de la radical anulación. Sí, sí, mi amado sacerdote; esta bribona de mi voluntad ha de pagarme la que me ha hecho: condenada la tengo a desempeñar por ahora en mi vida un papel semejante al de los diputados que no dicen más que sí y no, según las órdenes del Gobierno. Y que no me va mal, gracias a Dios, en el nuevo régimen de mi pasividad o vida boba, pues en este Limbo en donde la autoridad me confina, estoy a qué quieres boca, tan mimadito y agasajado, que sería yo la misma ingratitud si me quejara. ¿Y ahora sales, ¡oh amigo maleante! con la gaita de que te cuente los pormenores de mi atroz caída y de la catástrofe de mis ilusiones? Francamente, me encuentro muy tranquilo en este descanso, y no me hace maldita gracia volver sobre sucesos que más son para olvidados que para referidos. Aún no se ha disipado la turbación que en mi alma produjeron, ni el despecho rencoroso, ni la vergüenza, que vergüenza he sentido y siento de tan inaudito desaire. ¿Pero tú qué entiendes de estas cosas, hombre solitario, apartado por tu ministerio de la mala compañía de las pasiones?


La estafeta romántica, capítulo V, Benito Pérez Galdós