miércoles, 28 de agosto de 2013

Final Fantasy II (IOS) -Análisis-

La primera entrega me dejó tan buen sabor de boca que prácticamente el mismo día que la terminé ya estaba jugando la segunda parte. Las experiencias de ambas están muy fresquitas por lo que voy a reflejarlo todo rápidamente mientras siguen claras qué cosas pertenecen a uno o a otro juego, cosa que como veremos no será tan fácil de recordar dentro de unos años.
 
 
 
Final Fantasy II es una continuación directa del primer título. Salvo la historia, que no tiene nada que ver, todos los componentes del primero están reutilizados o extendidos. Para entendernos, este juego es un 2.0 del primero. Mismo apartado gráfico con añadidos de imágenes de personajes al dialogar, pero exactamente igual en el mapa y el combate. Se añaden posibilidades para reordenar objetos, así como reordenación automática al comienzo del inventario de lo más usado, para no tener que ir al final del inventario una y otra vez para usar ese hechizo definitivo. Se mejoran algunos diseños y se mete más variedad, pero son lo mismo sobre la misma base. La música tres cuartos de lo mismo, añadiendo alguna variedad y arreglos, pero poco más dentro de la excelencia. Y los problemas de manejo de la versión IOS exactamente igual.


Pero esto son detallitos, pequeños apuntes sobre el juego anterior. Los cambios importantes son dos: la historia y el nuevo sistema de evolución de personajes. La historia es un cambio radical básicamente porque ahora sí que existe, sí que aparecen personajes, hilos argumentales, un desarrollo, una evolución, un final y sobre todo un sentido a todo esto mayor que simplemente consigue las piedras y vence al malo. Sin entrar en spoilers la historia nos cuenta una aventura clásica, sin mayores revueltas, donde los malos son malos y los buenos buenos, con los elementos clásicos pero bien situados. Un historia que entretiene y te conduce de forma correcta, que no recordarás dentro de unos juegos ni se quedará grabada a fuego en la memoria, pero que cumple, y en este caso es de agradecer sabiendo de dónde partimos. Los personajes tampoco tienen un especial desarrollo ni les cogerás demasiado cariño pero apuntan maneras para lo que tiene que venir.


El punto importante es la mejora en la jugabilidad. Ahora las estadísticas mejoran según se vayan usando. A medida que uses tipos de armas mejorarás tu experiencia con ellas y tus estadísticas aumentarán. Además podrás luchar con arma y escudo o dos armas, arcos e incluso con los puños. Lo mismo pasa con la magia, que a medida que la uses aumentarán tus puntos de magia y los niveles de los hechizos que utilices. Las posibilidades de personalización son por lo tanto inmensas, y permiten varias estrategias. Si a esto le sumamos la posibilidad de poner los personajes en la primera línea o detrás, tenemos un sistema de combate que nos deja libertad para formar nuestro equipo, e incluso para cambiar de estrategia a mitad de partida, cosa que no siempre es posible.


Un ejemplo interesante de esto es mi lucha contra el enemigo final. Mi equipo estaba formado por un personaje equilibrado con magia de sanación básica, arma y escudo. Otro hechicero de ataque con arco y dos huesos duros con armas a dos manos y mucha vida. Equipo absolutamente mortal contra grandes números de enemigos fuertes pero totalmente incapaz contra el final boss. Sin embargo, con una hora extra de leveleo (en la propia sala del boss) fui capaz de pasar a un sistema con un solo atacante y tres hechiceros de apoyo. Con un buen stock de ítems así como hechizos de mejoras de estadísticas de ataque y protección, pude hacer daño mayor con un solo hombre que con tres, y conseguir hacer daño incluso mayor que sus 4000 puntos por golpe que absorbe en su vida (vaya boss, qué bastardo). En fin, todo un detalle eso de no tener que comenzar de nuevo.


La versión de IOS tiene, sin embargo, bichos. Se cuelga una y otra vez al entrar en las tiendas así como en algunas conversaciones, así que guarda con asiduidad porque, esa es otra, el guardado automático no es fiable. A eso le añades los mismos problemas con el control y unos extras (algunas mazmorras extra para jugar con el sistema de palabras) que te levelean y tenemos casi los mismos fallos que en el juego anterior. Mención especial al extra jugable al final, que aporta variedad y no destroza la jugabilidad, como los demás. En fin, son cositas, que no empañan demasiado pero que están y hay que tenerlos en cuenta.


Final Fantasy II es, por tanto, un juego completo y perfectamente digno de la franquicia. Si el primero parecía un trabajo al 75%, muy interesante, pero en cierto modo incompleto, ahora sí que tenemos algo definitivo y que demuestra la calidad del equipo que hay detrás. Mejorado en todos los aspectos, con poco más de 20 horas de juego, Final Fantasy II es un juegazo clásico que ningún aficionado a la saga debería perderse. Muy recomendado.

Puntuación: 5.5

martes, 27 de agosto de 2013

Tan simple y tan difícil

No había una sola mujer en el mundo que soportara su deseo. Mariano sólo quería vivir finalmente, físicamente, donde siempre quiso vivir en la voluntad y vivió siempre en el espíritu. En una ranchería. Con poco dinero, muchos libros y unos indios borrachos, silenciosos como él. Solo, porque no había una sola mujer en el mundo que eclipsara todo el espacio, salvo la recámara donde el espacio y la presencia coincidían. ¿Era ella Michelina? ¿Ella respetaría su soledad? ¿Ella lo liberaría para siempre de la ambición, la herencia, el deber social, la necesidad de mostrarse en público?
 
La frontera de cristal, Carlos Fuentes

lunes, 26 de agosto de 2013

Final Fantasy (IOS) -Análisis-

A comienzos de año admití públicamente al fin mi desconocimiento absoluto del universo Final Fantasy, ya que solo había jugado, sin terminar, el Final Fantasy VII. Así mismo me propuse un ambicioso plan de recuperación del tiempo perdido que consistía en pasarme un final fantasy cada tres meses. En teoría tendría que jugarlos en orden aunque por problemas con la Store comencé con el IV (cuya review está en este blog desde hace tiempo), y ahora le toca el turno a la primera. La idea es ir haciendo análisis incrementales que muestren la evolución de la saga a lo largo de los títulos, con lo que cuando llegue al cuarto volveré a repasarlo teniendo en cuenta los anteriores. He jugado la versión de Ipad, que es una adaptación de un remake que ya salió para portátiles de Sony y Nintendo años atrás, así que me entraré en el juego en sí, lo que queda del original, y a continuación comentaré los aspectos específicos de la versión para Ipad. Dicho lo cual, que comience la leyenda: Final Fantasy I.
 

Final Fantasy es un juego con 25 años a sus espaldas, desarrollado por un equipo limitado con un presupuesto escaso y, sobre todo, con la espada de Damocles sobre sus cabezas: triunfar o morir. Hicieron lo que pudieron con lo que tenían y eso se nota, y mucho. El juego nos sitúa en el papel de cuatro guerreros que aparecen para salvar el mundo de los problemas que sufre y punto. Eres el héroe y has de conseguir los 4 cristales para acabar con el malo de turno. No hay más historia ni la busquéis; los diálogos no son más que una forma de orientarnos hacia la siguiente mazmorra y nada más. Sin hilo argumental, sin explicaciones. ¿Os parece extraño siendo un Final Fantasy? Señores, este es el comienzo de todo y, como ya dije, los comienzos son duros y los recursos escasos.


Final Fantasy sí que destaca sin embargo en su jugabilidad, algo que sí que es seña de identidad desde sus comienzos. En un mundo abierto con encuentros aleatorios, delimitado por zonas que se abren con los objetos que encontramos al final de cada mazmorra y con poblados esparcidos con las tiendas necesarias para subir nuestro equipo y descansar. En los combates por turnos controlamos cuatro personajes con habilidades diferentes centrados en ataques o diferentes tipos de magias. A medida que vayan subiendo de nivel dispondrán de mayores estadísticas, puntos de vida y podrán utilizar versiones mejoradas de los hechizos que compraremos en tiendas. ¿Os suena de algo? Pues a esto añadidle los hechizos de toda la vida, los objetos de siempre e incluso algún enemigo recurrente en futuras entregas y tendréis la base de una jugabilidad que nos mantendrá enganchados durante años. Esta es la clave del éxito y aquí se mantiene como siempre; un tanto escasa y simple, eso sí, pero se ve el germen.


¿Qué vamos a decir de la música de Final Fantasy que no se haya dicho ya? Ahí está la magia de siempre, la base de tantas canciones y tantas remezclas que tenemos marcadas a fuego en nuestra memoria. Es una lástima que no aparezca la original en esta versión. Es cierto que melodías de NES hoy día pueden sonar demasiado ratoneras e incluso extrañas frente un aspecto gráfico remozado, pero quizá habría estado bien habernos dado la opción. De cualquier modo yo os recomiendo bajaros la original: fantástica. Un aspecto que sí se puede comentar es el aspecto gráfico. Personajes en 2D completamente remodelados así como un retoque total del original. Esto no es una emulación ni un port, esto es una reprogramación completa del original a nivel gráfico. Evidentemente aquí surge el debate sobre si dejar el original o no, si el cambio es demasiado o no. Yo, tras ver los resultados, opino que es acertado y que ya que te piden 7€ por este juego pues al menos que se lo curren un poco. Además no le queda tan mal en el sentido de que sigue pareciendo limitado y sin ser una maravilla nos permite jugar sin horrorizarnos ante lo que padecíamos por aquella época a nivel gráfico. Sinceramente, a mí me ha gustado, como dije en su día con el IV.


Uno de los aspectos más destacables de esta versión en concreto es la adaptación al control táctil y aquí hay sombras y luces. Es una auténtica gozada poder seleccionar los hechizos, objetos, acciones o enemigos con el dedo. Intuitivo, cómodo, rápido y eficaz. Funciona a la perfección y te permite pasarte horas combatiendo. El problema viene durante el movimiento en el mundo abierto, y es que resulta que este juego está diseñado para un Iphone y no un Ipad, detalle importante, puesto que el control de dirección está anclado y no se puede mover. Esto en el Iphone queda muy bien, pues tampoco hay mucho más espacio para hacer más, pero en una tableta muchas veces te verás tocando partes de la pantalla que no son de la dirección y eso, en un mundo con combates aleatorios, te puede costar un disgusto. Digámoslo claramente: jode, y mucho.


Existe otro detalle importante respecto a esta versión en especial y es que se ha incluido unas mazmorras extra, con retos más duros y bosses de otros juegos. La idea es muy buena y bastante entretenida, con mazmorras frescas e innovadoras que te lo harán pasar en grande...si sabes que son un extra. El problema real y me cuesta creer que nadie lo haya pensado, es que si las desbloqueas después de matar un boss y muestra la escenita justo después de matarlo, entonces los que no sabemos que esto es un extra iremos derechitos a esa mazmorra. Evidentemente nos encontraremos algo que no está hecho para nuestro nivel y moriremos. Muchas veces. Hasta tener el nivel suficiente y superarla. Y entonces veremos que no hay recompensa, buscaremos por internet y lo comprenderemos. En en ese momento volveremos al recorrido normal y descubriremos que nuestros personajes ya tienen a mitad del juego el nivel necesario para matar al final boss, con lo que todo se convertirá en un paseo y nos cagaremos en la madre de todos los diseñadores. Una verdadera lástima que se te destroce la experiencia así pero bueno, es lo que hay, avisados estáis.


Dicho lo dicho en términos generales tenemos por un lado un juego de mecánica simple pero enormemente entretenido. Absolutamente implacable si no vas bien equipado y te quedas sin pociones o items que necesitas, si te pierdes y no logras llegar a un punto de descanso, o si no te armas con lo mejor que haya en las tiendas. El juego no te ayuda. Old School. Levelea, da vueltas, investiga y sobrevive. Es duro, pero era otra época, y la verdad que se agradece. Por otro lado tenemos una adaptación correcta a nivel gráfico y sonoro pero muy deficiente en el control (si juegas con Ipad) y con la inclusión de los extras (si no sabes que lo son). Un pena que no se haya pulido estos detallitos para dejar una obra magnífica que te deja contento y con ganas de más FInal Fantasy, es decir, que consigue captar seguidores y permite pasar de un gran juego a una de las mayores sagas de todos los tiempos.


Final Fantasy es un juego imprescindible para cualquier amante de los juegos de combates por turnos, sobre todo si ha probado algún Final Fantasy más. Os recomiendo que no os hagáis los remolones o penséis que con los más conocidos (6-10) vale. Echarle unas horas, no os arrepentiréis!!


Puntuación: 5

viernes, 23 de agosto de 2013

Otro hermoso testamento

En todo caso, sed respetuosos y veraces con las mujeres. Es más conforme a Naturaleza dejarles a ellas el uso del engaño, arma con que compensan su debilidad, y tomar el hombre para sí el uso continuo de la lealtad, que es la fuerza; y los riesgos que de esto se ocasionen, cada cual los sortee como pueda, buscando siempre el bien. Que las alabéis y las obsequiéis con flores del ingenio, no es cosa mala, pues muchas con esto sólo quedan satisfechas, y vosotros nada perdéis en ello. Los que sean casados, harán bien en guardar la fidelidad matrimonial, aunque les haya tocado un culebrón... Por eso, conviene mirarlo despacio, y enterarse antes de contraer esos vínculos que duran toda la vida. Sostened siempre la paz dentro de la familia que os resulte del nacimiento y de las uniones, y si hay en ella caracteres ásperos, procurad haceros a sus asperezas para que los demás contemporicen con las vuestras, que de seguro las tendréis. Espinas sufrimos, espinas tenemos, y el que crea que no las tiene y se duela de que le pinchen, es tonto de remate. Y ya no me queda que deciros sino que seáis trabajadores, que os procuréis un modo de vivir independiente del Estado, ya en la labranza de tanta tierra inculta, ya en cualquiera ocupación de artes liberales, oficios o comercio, pues si así no lo hacéis y os dedicáis todos a figurar, no formaréis una nación, sino una plaga, y acabaréis por tener que devoraros los unos a los otros en guerras y revoluciones sin fin...


La campaña del maestrazgo, capítulo XXIV, Benito Pérez Galdós

miércoles, 21 de agosto de 2013

Saints Row The Third (PS3) -Análisis-

El género de los sandbox es absolutamente fascinante debido a la inmersión que puede llegar a lograr en su universo. Es por esta misma razón por la que cuesta bastante empezar uno nuevo, por esa pereza inexplicable que nos da cuando pensamos en todo el esfuerzo y horas que vamos a tener que echar hasta poder sentirnos a gusto y de ahí que las ofertas diferentes y frescas se agradezcan muchísimo en el género. Y de entre todas las alternativas no hay ninguna tan interesante como Saint’s Row.


Saint’s Row nos ofrece un guión alocado, unos personajes trastornados, un universo fetichista y gamberro y unas misiones divertidas e irreverentes; pero vamos por partes. La historia es una lucha por el poder entre bandas y la autoridad, enmarcada siempre en un sentido del humor absurdo y soez, bastante entretenido en su simpleza y sus chistes de caca-culo-pedo-pis. Se pueden elegir entre dos resoluciones en varias misiones así como dos finales alternativos, aunque realmente no cambia en casi nada la experiencia. Un historia sin más que te lleva sin perderte, sin demasiados problemas ni quebraderos de cabeza, pero que no da para mucho más (ni lo intenta). Los personajes son sin duda lo mejor del juego. Desde el protagonista, 100% configurable, hasta los miembros de la banda, enemigos o policías, derrochan una personalidad característica, un humor y una forma de ser que te anima a seguir jugando simplemente para ver qué nueva barbaridad se les ocurre. Perfectamente encajados y consecuentes con una ciudad que adora las bandas y el porno, las prostitutas y los fetiches; donde cada uno conduce como quiere y hace en definitiva lo que le viene en gana. Esto se refleja en misiones de destrucción total, de recogida de prostitutas, de secuestro de personajes y demás barbaridades que en circunstancias normales habrían de horrorizarnos pero que aquí, pues como que quedan bien. Y poco más.


La triste realidad de este juego es que su oferta, a pesar de ser radicalmente diferente a la de otros juegos, es extraordinariamente limitada en su desarrollo. No nos engañemos: es la eterna vuelta de tuerca a los chistes del caca-culo-pedo-pis yanki, muy del estilo de esas películas “de humor” americanas que tienen dos chistes (los del anuncio) y poco más. Un humor adolescente que arranca una carcajada en la primera hora, tres o cuatro sonrisas en las siguientes 5 horas y después ya ni te enteras. Y es una pena porque el juego lo intenta. Cada misión escala en intensidad y locura, cada personajes nuevo es más raro que el anterior, cada misión secundaria o cada comentario de la radio tras cada misión intenta continuamente hacernos sonreír pero chico, qué quieres que te diga, cansa. Y desgraciadamente demasiado pronto. Es por esto que aunque llegues a hacer 30 horas como yo, una vez terminada la historia principal, vistos ambos finales y terminadas casi todas las misiones secundarias, poco interés tengas por terminar de conseguirlo todo o incluso, líbrenos Dios, hacer una segunda partida. Un pena.


De los aspectos técnicos poco hay que decir. Gráficamente no destaca en nada salvo en su decoración explícita, mención especial a la personalización del protagonista, y poco más. La ciudad es inmensa pero no tiene alma, no tiene ambientes, no tiene nada que te haga pararte y mirar o explorar como sí hacías en Infamous y Sleeping Dogs. Te dedicas simplemente a conducir por las calles mirando el mapa y nada más. La música es magnífica pero por la oferta de canciones de la radio. Eso sí, no tiene el encanto de Hong Kong y esas emisoras de música más tradicional, así que tienes clásica, rock, reggetón, club, en fin, lo típico, que está muy bien pero es un pegote sin más. Y la jugabilidad pues regular. Las secciones de disparo son extrañas, con tiroteos cumplidores sin más, sin profundidad ni mecánicas complejas, que en cuanto logras compañeros a quien llamar o inmunidad, dejan de ser hasta entretenidas. El resto de movimiento por el mundo exactamente igual que cualquier otro.


En definitiva he de mostrar mi decepción con este juego a pesar de haberle metido 30 horas. Quizá era mi expectación por algo exageradamente fresco y diferente, por un humor absurdo y alocado, que se vio decepcionada ante un producto final que no está mal pero que tampoco está demasiado bien. Saint’s Row es uno de esos juegos de los que no te arrepientes pero que tampoco recomendarías. Y es que aún está demasiado cerca la experiencia de Sleeping Dogs, un juego que sí que deja marca y que merece mucho más la pena ser jugado para vivir un sandbox. Pero centrándonos en este juego hay que decir que Saint’s Row es una americanada gamberra, de ese gamberrismo soez, adolescente y simple que te hace gracia al principio y nunca más. No dudo que habrá gente que le haya gustado mucho, tiene cosas que a cierto público habrán encandilado, pero esta es mi opinión y qué queréis que os diga, me ha decepcionado. Y me jode, pero es lo que hay.


Puntuación: 4,5

martes, 20 de agosto de 2013

Como animales

«Trastornadita y blanda la tienes ya -decía Urdaneta-. Y no debes atribuir esta mudanza a la constancia de tus manifestaciones amorosas. Obra es del contacto continuo con la Naturaleza, de la vida al aire libre, de la libertad, el campo, las montañas, los bosques sombríos y las fuentes cristalinas. Ya conocían el paño los que establecieron para penitencia de hombres y mujeres los recintos cerrados

La campaña del maestrazgo, capítulo XXII, Benito Pérez Galdós

sábado, 10 de agosto de 2013

... que aun en la desgracia, tiene hombres

No debe mostrarse aislado el ejemplo de Espartero en la gloriosa Navidad del 36; que unido a otros ejemplos y memorias de aquel caudillo, resplandece con mayor claridad y nos permite conocer toda la grandeza de los hombres que fueron. Antes de la liberación de Bilbao, los suministros del ejército andaban como Dios quería. El Gobierno pedía victorias para darse tono, ¡victorias a soldados descalzos y hambrientos! Todo el mando de Córdoba fue una continua lamentación por esta incuria. No fue más dichoso Espartero, y en su afán de emprender vivamente las operaciones, ardiendo en coraje, atento a su decoro y a la moral de sus tropas, resolvió el conflicto de un modo elemental, casi inocente. Sin duda por ser del orden familiar, no se ha perpetuado en letras de oro, sobre mármoles, la carta que con tal motivo escribió a su mujer, la bonísima, hermosa y sin par Jacinta Sicilia. Decía entre otras cosas: «Empeña tu palabra, la mía, la de los amigos; empeña tus alhajas y hasta el piano; reúne todo el dinero que puedas, y mándamelo en oro». Tan diligente anduvo la dama, que con el mismo mensajero portador de la carta remitió a su esposo mil onzas. El General dio de comer a sus soldados, y a los pocos días, postrado en cama con mal de la vejiga, y viendo a sus queridas tropas en el grande aprieto del Monte Cabras y Monte San Pablo, salta del lecho, con una temperatura glacial, y hace lo que se ha visto... Desgraciada era entonces España; pero tenía hombres.

Luchana, capítulo XL, Benito Pérez Galdós

viernes, 9 de agosto de 2013

La triste historia de nuestro país ...

No tardaron los absolutistas en desbandarse por la vertiente Norte. Iniciado el abandono del fuerte, los de acá pusieron en la cúspide sus manos, luego sus rodillas. El ejército de Isabel dio por fin en ella la furibunda patada que estremeció y quebrantó para siempre el inseguro reino de Carlos V. Serían las cinco cuando el caballo de Espartero tocaba el himno con su vigorosa pezuña sobre el suelo de la plaza de armas del fuerte. El noble animal no podía sofocar con sus relinchos la gritería de los soldados, ebrios de gozo. El ejército que tal hazaña consumó era un gran ejército; mas para que luciera en toda su grandeza el santo ardor patriótico y el militar orgullo que le inflamaban, era necesario que tuviese caudillos que supieran cogerle de un brazo y llevarle a las cumbres estratégicas, que simbolizan las altas cimas de la gloria. Sin tales pastores, no puede haber rebaños tales. Pastoreaba las tropas cristinas, en aquella noche terrible, un soldado de corazón grande, que supo infundirles el sentimiento del deber, la convicción de que sacrificando sus vidas mortales salvarían lo inmortal de la patria, el honor histórico de las banderas. El tiempo, en vez de amenguar la talla de aquellas figuras, las agiganta cada día, y hoy las vemos subir, no tanto quizás por lo que ellas crecen como por lo que nos achicamos nosotros; y aún lloramos un poquito, ya con todo el siglo dentro del cuerpo, viendo que gérmenes tan hermosos no hayan fructificado más que en el campo de la guerra civil. Creíamos que aquello era el aprendizaje para empresas de superior magnitud... Pero no era sino precocidad infantil, de las que luego salen fallidas, dándonos tras el muchachón de extremado vigor cerebral, hombres raquíticos y sin seso.


Luchana, capítulo XXXIX, Benito Pérez Galdós

jueves, 8 de agosto de 2013

Review - Luchana (Benito Pérez Galdós)

Bien. Por fin un título entretenido, dinámico, con evolución, profundidad, ritmo, historia. Nunca da la sensación de relleno ni aburre sino que siempre te está aportando algo nuevo. Es reseñable además el tono épico con que baña las gestas patrióticas, toda una muestra del cariño que sentía hacia este país. Muy recomendable. Puntuación: 6

miércoles, 7 de agosto de 2013

y que se joda el arte

Todo lo preguntaba, y todo lo retenía en su prodigiosa memoria. «¿Te gusta este comercio?» le preguntaba Martín, que buscaba la manera de echarle una flor, sin poder conseguirlo: tales eran su timidez y respeto. Y ella respondía: «Las cosas feas se vuelven bonitas cuando vamos aprendiendo a ver en ellas la utilidad. Esto que parece tan feo, va dejando de serlo a medida que entendemos para qué sirve. Mira tú: yo me he criado entre piedras preciosas. ¡Como que he jugado con ellas! ¿Pues creerás tú que ese comercio nunca me hizo gracia?».


Luchana capítulo XXI, Benito Pérez Galdós

martes, 6 de agosto de 2013

XCOM Enemy Unknown (PC) -Análisis-

Los que empezamos a tener algunas tablas en esto de los videojuegos ya sabemos que cuando se anuncia el videojuego de una película lo mejor es huir lo más rápidamente posible, y esto mismo viene ocurriendo con las revisiones de clásicos que tan en boga están últimamente con todo el chollo de las ediciones HD y la falta general de inspiración. Afortunadamente podemos decir que este no es el caso: XCOM es más juegazo aún de lo que fueron los originales.
 

Comencemos primero por analizar el juego en sí y a continuación lo compararemos con los originales. XCOM es un juego de estrategia por turnos que consta de dos partes diferenciadas. Por un lado tenemos la gestión de la base, que te permite mejorar tus estadísticas de investigación y fabricación de elementos, así como la gestión de los ingresos, representados por el apoyo de los países. Si el pánico cunde, se retirarán del consejo y tu financiación caerá. Si la situación se va controlando, entonces dispondrás de recursos para mejorar el equipo de tus soldados, su entrenamiento, habilidades y demás. Nada nuevo en este género pero sencilla e intuitiva, además de aportar este extra de gestión que permite descansar entre misiones. Por otro lado tenemos el combate y esto se merece un punto y aparte.


El combate consiste en mover un escuadrón por diferentes escenarios hasta acabar con toda la presencia alienígena. Cada miembro del escuadrón tendrá la posibilidad de mover y disparar, lanzar granada, ponerse a cubierto o en guardia, opciones que se amplían considerablemente a medida que van aumentando de nivel o consiguiendo mejor equipamiento. Solo verás lo que ve tu escuadrón y al terminar tu turno moverá el enemigo. La IA, en nivel normal es decente, llevando a cabo diversas estrategias interesantes, aunque es se comenta que es mejor en nivel difícil, nivel que no he probado. Y no lo he hecho porque este juego no perdona el error: si un soldado muere, muere para siempre. Esta es la grandeza de XCOM, que sabes que, aunque vayas a una misión de relleno, para ganar algo de tiempo, siempre, siempre, en cualquier esquina, puede ocurrir algo que destroce uno de tus mejores francotiradores, que rompa tu línea, y que convierta esa misión intrascendente en el punto de inflexión que te haga reiniciar todo el juego. Porque sí señores, en XCOM puedes perder. Pero perder de verdad, de quedarse sin recursos o soldados para continuar. Aquí no te van a llevar de la mano, así que prepárate.


Profundizando en todo esto es cierto que siempre puedes cargar una partida anterior, pero para eso existe un modo que nos lo impide. Lo importante es darse cuenta de que la idea es ofrecerte un tipo de jugabilidad muy especial, casi olvidado, dejarte que te familiarices con las mecánicas en el nivel normal, y después comenzar con el nivel difícil. Ahí es donde está la chicha del título. ¿Dispuesto a aceptar el reto? Entonces no te defraudará en absoluto, y tendrás juego para rato.


Echando la vida atrás y comparando con anteriores juegos, hay que reconocer que sobresale en todos los aspectos. Si jugaste a los anteriores entonces te aseguro que no te arrepentirás. TIene toda la magia de aquellos juegos, sobre todo aquella dificultad despiadada, pero con un lavado de cara interesante, así como un manejo sobresaliente y unos escenarios muy muy cuidados, llenos de detalles, y prácticamente destruibles en su totalidad. Esto unido a las opciones estratégicas de desarrollos de personajes hace que todo aquel sabor siga estando muy presente.


A pesar de ser un juego que ha gustado mucho y que lo hace casi todo bien, también hay que reconocerle los errores. Por un lado los gráficos están bien pero a estas alturas creo que se debe de exprimir un poco más la máquina, así como la música, que es inexistente. Por otro lado falla en la personalización de los personajes. Es cierto que se pueden evolucionar de diferentes maneras, pero no hay nada más allá, y dos soldados con las mismas habilidades se desempeñarán igual en el campo de batalla. Ya que se puede cambiar el aspecto físico y los nombres de cada uno,habría estado bien modificaciones aleatorias en estadísticas básicas, de forma que tuvieras un extra que te empujara a nombrar y empatizar más con soldados que, hoy por hoy, no son más que clónicos unos de otros por mucho que les cambies el peinado.


En definitiva, XCOM es un grandísimo juego que rescata un tipo de jugabilidad que ya se echaba de menos y, lo que es más importante, no hace ninguna concesión a la dificultad casualizada que tanto se lleva hoy día. Nos atacan y tú estás al mando. Puedes ganar o puedes perder. Todo depende de tu habilidad. ¿Estás dispuesto a aceptar un reto como los de antes? Entonces no lo dudes: XCOM, juegazo.


NOTA: aunque es un gran juego, el mejor de su género sin lugar a dudas, hay que reconocer que no está a la altura técnica de otros títulos, con lo que al compararse con los demás, ha de quedar por detrás. De todas formas leer la nota con cierta distancia, pues es el mejor juego que hay si buscas este género. Si echas de menos esta jugabilidad, este es tu título. Recomendadísimo.

Puntuación: 6.5

viernes, 2 de agosto de 2013

Maldita juventud...

-Eso, usted lo verá... Mire, hijo, cuando el destino nos pone al pie de un árbol de buena sombra, cargado de fruto, y nos dice: «siéntate y come», es locura desobedecerle y lanzarse en busca de esos otros árboles fantásticos, estériles, que en vez de raíces tienen patas... y corren... Yo desobedecí a mi destino, y por aquella desobediencia no he tenido paz en mi larga vida. Créalo: donde no hay raíces, no hay paz. Ea, doblemos la hoja.
-Doblémosla. Un momento, D. Beltrán... ¿Y no volvió usted a ver a Napoleón?


Luchana, capítulo XII, Benito Pérez Galdós

jueves, 1 de agosto de 2013

Review - De Oñate a La Granja (Benito Pérez Galdós)

Regular: siendo mejor que el anterior no deja de ser un libro que no termina de enganchar. Hay más acción, más movimiento, más sentido en las cosas. Sin duda cambiar el escenario al País Vasco ayuda, pues le da una frescura que no tenía el anterior. Da esperanza frente al resto de libros que continuan. Puntuación: 4.5