sábado, 30 de marzo de 2013

Final Fantasy IV (IOS) -Análisis-


El videojuego comenzó a dejar de ser un entretenimiento más y convertirse en una nueva forma de arte cuando empezaron a surgir obras atemporales, historias y experiencias que estaban más allá del despliegue técnico de la época y que permitían despertar algo en el jugador independientemente del momento en que se jugaran. No hay que ser un gran experto para saber que la saga final fantasy es una de esas series que siempre serán recordadas por los fans y de entre todas las entregas, y esta cuarta entrega es una de ellas.

Final Fantasy IV cuenta la historia de Cecil, un soldado que comienza a cuestionarse sus acciones y su lealtad a un rey cada vez más tirano. De este punto de partida comienza una aventura en mayúsculas, y no hay otra forma de denominarla. Unos personajes clásicos pero hermosos, una historia entrañable y, sobre todo un argumento sólido, maduro, y con continuos cambios de guión. No hay queja posible dentro del argumento del juego, siempre y cuando se busquen estas historias de fantasía, del bien contra el mal, y la lucha por salvar el mundo. Si no se buscan gafapastismos sino una refinación de la fórmula clásica entonces no hay duda de que nunca olvidarás esta historia.

La música es otro de sus puntos clave. A nadie se le escapa que es un clásico de la serie y que siempre están a un gran nivel, pero en este caso dan un paso al frente. Son esas melodías que tarareas en cualquier momento, que reconoces al instante, y que se hacen un hueco en el corazón. En esta entrega además ya no se nota tanto el peso de las limitaciones técnicas de anteriores entregas con lo que son plenamente disfrutables hoy día. De hecho es muy recomendable conseguirla y poder escucharla cuando te apetezca.

El principal punto de discordia viene en los gráficos. La versión de IOS tiene gráficos remozados, con un 3D diferente al original y que además tampoco es que resulte un despliegue gráfico ni siquiera medio. Los puristas abogarán por jugar la historia con el aspecto original y eso es algo en donde no quiero entrar. Solo me gustaría añadir que el control táctil es una delicia, que seleccionar habilidades, hechizos y enemigos tocando la pantalla resulta sumamente sencillo e intuitivo y que todo funciona a la perfección. Quizá pierde algo de ese sabor retro, pero si se juega de cero, como una aventura nueva e independiente, el aspecto gráfico no va a cojear en ningún momento.

El único punto en contra que se puede poner, por decir algo, es que en nivel normal no resulta demasiado reto. Recomiendo por lo tanto, sobre todo a los fans acostumbrados a la saga, que se ponga en difícil desde el comienzo y que experimente el placer de quedarse atascado, de tener que estudiar estrategias, de levelear por la mazmorra antes de hacer el boss y, en fin, todas esas cosas que tanto nos gustaba hacer antes de que aparecieran los guardados automáticos y la regeneración espontánea de salud.

No me extiendo más en una obra sobre la que hay miles de referencias en internet. Es una experiencia inolvidable, uno de esos juegos que siempre recordarás y que dejará ese regusto tan maravilloso al terminarlo. Sabes que de haberlo jugado en su día lo habrías rejugado 10 veces antes de comprar otro, porque se lo merece. Y, desde luego, una vez lo termines siempre dirás “yo me lo pasé” con una sonrisa.

Puntuación: 8.5

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