viernes, 29 de marzo de 2013

Será la edad


-Cuando estemos camino de Londres, cuando esté usted deshonrada, por usar su misma expresión, ¿quién me asegura que me seguirá queriendo; que mi presencia en la silla de posta no le parecerá inoportuna? Yo no soy ningún monstruo, y haberla deshonrado ante la opinión será para mí otra desgracia. El obstáculo no es su posición en el mundo, el obstáculo desgraciadamente es su carácter. ¿Puede responder ante usted misma de que me querrá más de ocho días?
<<¡Ay!¡Ojalá me quisiera ocho días, sólo ocho días -se decía muy por lo bajo, Julien. y moriría de felicidad! ¿Qué me importa el futuro? ¿qué me importa la vida?>>

Rojo y negro. Segunda parte, capítulo 27, Stendhal

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