jueves, 23 de enero de 2014

La gran traición

Cualquier amigo encontraría disparatadas sus sospechas: pero también se daba cuenta ahora de que en los años que llevaba con Blanca había perdido a sus amigos, que a Blanca le parecían habitualmente pesados o vulgares, y a los que él, con sumisión cobarde, no había tenido el coraje de conservar, igual que no había conservado ni sus costumbres ni sus gustos personales, todo por fingirse quien no era, por estar a la altura de una mujer que no podría querer, aunque lo hubiese intentado con cierta convicción alguna vez.


En ausencia de Blanca, capítulo 9. Antonio Muñoz Molina


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