martes, 21 de enero de 2014

¿Mereció la pena?

En los peores días, en sus más negras diatribas contra sí mismo, en tantas noches de no dormir y de estar tendido en la oscuridad junto a la lejanía inviolable de Blanca, a Mario le dio por lacerarse con el pensamiento de que tendría que haberse casado con la otra, con Juli, que tendría que haber acudido a aquella cita que ella le propuso cuando se encontraron en el banco; se acusó de insensata soberbia, de vanidad masculina, de ambición, de haber aspirado a lo que no le correspondía, se imaginó abandonando fríamente a Blanca y yendo en busca de Juli, calculó que si no hubiera roto con ella ahora tendría ya uno o dos hijos …
En ausencia de Blanca,capítulo 7. Antonio Muñoz Molina


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