miércoles, 22 de enero de 2014

Ys: the oath of Felghana (PC) -Análisis-

La saga Ys es una de esas sagas que no acaban de ser muy conocidas fuera de Japón y que aportan un tipo de jugabilidad concreta y distintiva. La wiki dice que hay una siete entregas y la verdad que yo no conocía ninguna hasta que escuché un comentario de maese Saeba en un programa de Game Over. Con fama de jugón clásico, vamos a ver qué ofrece la versión remozada que aparece en Steam.
 

Ys es un action RPG frenético. Al contrario que en alternativas más técnicas como Dark Souls, Ys nos pone en la piel de un personaje rápido, ágil, que debe ir avanzando sorteando obstáculos y eliminando enemigos con habilidad y rapidez. Posee además subidas de nivel y mejoras en armas que ayudan a mejorar el personaje aunque no son excesivamente profundas. Al final todo se reduce a conocer al enemigo y ser rápido de reflejos, con lo que la sensación global de dinamismo está muy bien conseguida. Además se acentúa con el hecho de que hay un reloj visible todo el tiempo ya que cada playthrough es un time attack...aunque tardes horas. Mención especial a los enemigos, puros enfrentamientos old school con varias iteraciones de diferentes mecánicas que te obligarán a memorizar los movimientos y sabértelos al dedillo para poder superarlos. Toda una delicia.


A nivel gráfico está bastante cuco, con unos gráficos resultones, simpáticos, con el aroma antiguo de los 16 bits pero actualizado. Lo mejor que tienen es que no decae el framerate en ningún momento, algo absolutamente vital para toda la experiencia. No sobresale especialmente aunque sí que lo hace la música: es una maravilla. Melodías rápidas, potentes, cañeras y que te producen subidones cada vez que las escuchas. No hay nada que le sienta mejor a un juego de estar características que melodías así, que te hacen tararear mientras avanzas a toda velocidad machacando enemigos. Impresionante.


En términos generales es un juego dinámico, fresco, que te gustará y te entretendrá si disfrutas de cosas ligeras y orientadas a la acción. La historia no importa, aunque está, y las mejoras de los personajes tampoco, aunque también están ahí. Lo que importa es querer descargar algo de adrenalina, de querer jugarlo rápido y con el reto de enemigos finales complicados y que supongan un reto. Y ahí está el problema, al menos para mí. No me preguntéis porqué, pero lo disfruté a trompicones según me apetecía esta experiencia. De hecho lo dejé en el enemigo final casi un año hasta que ya me puse estas navidades. Al igual que ya dije con Heavenly Sword, cuando un juego te permite dejarlo en el enemigo final es que algo no ha terminado de cuajar. Hay que ser justos y reconocer que esta vez el problema está más en la disposición del jugador que no en el juego, pero la limitación está ahí anyway.


Resumiendo, un buen juego para cuando te apetezca machacar botones sin demasiadas complicaciones más allá de los reflejos. Yo lo probé en fácil y seguro que en niveles superiores es un reto mayúsculo, no es extraño que tenga una pequeñas legión de fieles seguidores en todo el mundo enganchados a lo que te ofrece. Es de lo mejor en su segmento, pero a mí me atrae solo a ratos. Es lo que tiene la pluralidad.


Puntuación: 5


No hay comentarios:

Publicar un comentario