miércoles, 1 de enero de 2014

Heavenly Sword (PS3) -Análisis-

Siendo uno de los títulos insignia de la primera remesa de playstation 3, hace poco reeditado en la colección de clásicos de la consola, creo que no hay que hacer demasiadas presentaciones para este juego. Jugado y rejugado hasta la saciedad por jugadores de una consola con pocos títulos en su momento y abanderado de la excelencia gráfica que podía llegar a dar la nueva generación. Hoy quiero reseñaros por fin un exclusivo que necesita poca presentación: Heavenly Sword.


En los primeros tiempos de la ps3 hubo un título que fue bastante cacareado por todos lados hasta el punto de que gente como yo que aún no prestaba demasiado atención a la consola se enteró de que esto existía. Toda aquella publicidad quedó en la retina hasta que el señor Relaño en el meripodcast lo mentó como una de las pequeñas joyas a recordar de esta generación y decidí ponerme a ello. Veamos cómo se las gasta un novatillo de la generación a finales de la misma.

Con la excusa de una invasión al país de la protagonista en búsqueda de una espada sagrada por parte de un ejército prácticamente infinito, Heavenly Sword propone un hack’n’slash con infinidad de combos, modos de golpeo y bloqueo normal, a distancia o fuerte, intercalado con zonas de disparo o minipuzzles. Todo ello aprovechando al máximo las capacidades de la nueva consola y mando, así como la ambientación exótica pero tradicional del japón, para crear algo a priori muy interesante. Otra cosa es el resultado.


Como mecánica jugable funciona. Quiero decir que la respuesta del mando así como la ejecución de los combos es correcta, permitiendo bastantes virguerías. El problema es que no resultan en absoluto necesarios para seguir avanzando, con lo que el juego se convierte en un machacabotones sin sentido, con excepción de los jefes y alguno bosses intermedios donde sí tendremos que aprender las mecánicas jugables y currárnoslo más. La sensación por tanto es un tanto pobre, es la de un juego en donde avanzas por casualidad y que tampoco saca todo el jugo que tiene. A esto hay que sumarle las fases de disparo usando el sensor de movimiento del mando, un auténtico infierno que no se comprende cómo se incluyó en el juego, y un seguimiento totalmente lineal. Pobre balance para cualquier juego.

Hay sin embargo puntos a su favor. Por un lado aunque los combates son sosos, es cierto que en algunos puntos están muy conseguidos y realmente te hacen recordar la sensación de triunfo cuando los pasas, con mención especial para el jefe final. Además habría sido interesante jugarlo en el modo especial de dificultad que se desbloquea al terminarlo, aunque yo ya tuve bastante y ni lo intenté. Por otro lado (y para mí lo mejor) son las magníficas escenas de vídeo que aparecen con bastante frecuencia, en donde podemos ver una de las mejores interpretaciones del mundo de los videojuegos de la mano de Andy Serkis (King Bohan), absolutamente espectacular. El juego merece la pena solo por verlas y realmente realza una historia simple y previsible. Fantástico, de verdad. Por contra la protagonista (Anna Torv, Fringe) no destaca especialmente (como en cualquier otra serie suya, por cierto).

A nivel gráfico es bastante limitado, como era de esperar de un juego tan antiguo. Es comprensible el sabor de boca que dejó ya que el salto respecto a ps2 es importante, pero hay que decir que no ha envejecido bien, y que cosas como el movimiento del pelo clama al cielo. Es importante constatar que los juegos pertenecen a su tiempo y que ahora ya no pueden inspirar lo mismo que entonces, pero es lo que tiene ser un usuario tardío.

Sin nada más que añadir al juego, la conclusión final no es del todo bueno. Comprendo que en su día fuera una buena elección, pero hoy existen miles de juegos bastante mejores que este. Creo que basta decir que no tiene trofeos, sino un sistema de puntuación por estrellas que te importa 0, un nuevo nivel de dificultad que ignoras completamente y en fin, una historia que ya ni recuerdo. De hecho dejé el juego en el enemigo final durante meses hasta que hace poco decidí liquidar todos esos juegos que estaban a tiro de una vez por todas. Cuando un juego te anima a jugar a cualquier otra cosa y no te atrae ni aun sabiendo que en 15 minutos de jefe final vas a ver el final, es que han fallado muchas cosas. Demasiadas diría yo.

Puntuación: 4

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